Los Acertijos de JIMÉNEZ URE
(Edición de la Universidad de Los Andes, 1979)
Por Freddy CASTILLO CASTELLANOS
Alberto JIMÉNEZ URE acaba de publicar un libro que no admite lectores «hembras», como diría el machista Julio CORTÁZAR. Se trata de Acertijos, con prólogo de Juan CALZADILLA. Libro de textura sólida y difícil, si los hay con él. JIMÉNEZ URE se matricula, definitivamente, en la Narrativa Fantástica de Venezuela.
Alberto emprende una búsqueda válida dentro de las coordenadas de lo fantástico, creando situaciones que tienen la virtud de no parecer enteramente inverosímiles. A lo largo de los cuentos, el lector puede ir respirando un aire de ambigüedad que corresponde, exactamente, al clima de los personajes: seres obsedidos por extrañas dudas, pero dentro de ambientes cotidianos. Pienso que el secreto de un buen narrador de lo fantástico está allí, en lograr ese punto equidistante entre lo «real» y lo «soñado». El autor de Acertijos se muestra ducho en tales brujerías de la ficción.
Usa JIMÉNEZ URE el humor y lo hace de una manera prudente y sagaz. No desciende al «chiste cruel» o al mero divertimento verbal, como algunos escritores: también jóvenes, que han ensayado este tipo de narrativa. Ello es así porque en JIMÉNEZ URE la propuesta es seria, no simple azar o veleidad de modista.
Lector de viejos y nuevos libros de índole filosófica y buen lector de BORGES (esto me lo sugiere Acertijos), JIMÉNEZ URE no se plantea la escritura de un modo gratuito sino como camino para la obtención de respuestas o para la formulación de nuevas preguntas, que, para el caso, es lo mismo. La fantasía no es para él «una serpiente que se muerde la cola». Es, sí, un ingrediente importante, más no definitivo.
Otro logro de Acertijos reside en el lenguaje. JIMÉNEZ URE supo amoldar su expresión a los vientos de fronda de su absurdo. En el libro encontramos frases y diálogos cortos, exentos de esa retórica de angustias que hace las delicias de los seres superficiales. También nos topamos con algo que ya anotó CALZADILLA: cierto tono discursivo con el que JIMÉNEZ URE, irrespetando las reglas, nos brinda las claves de algunas reflexiones. En fin, lenguaje preciso y fresco, con adjetivos que saltan, como la liebre, del lugar menos pensado: «había ranas, grillos, iguanas y una lluvia déspota»
La joven narrativa venezolana tiene en JIMÉNEZ URE uno de sus más lúcidos representantes. Textos como «La Fórmula», «Pinus Aristata» y «Diálogo con Dios», por ejemplo, hacen de Acertijos un libro imprescindible.
(En el Diario Ultimas Noticas, «Suplemento Cultural», Abril 15 de 1979)
¡Gracias por dejar la información de la fuente!